Camilo Torres

Hola, soy Camilo Torres. Quiero compartirte mi historia, no como un experto, sino como alguien que, como tú, ha tropezado, se ha levantado y ha encontrado su camino.

Mi viaje: de la música al emprendimiento digital

Mi historia comienza en 2010, cuando decidí seguir mi pasión por la música. Durante cinco años me dediqué a interpretar y enseñar, disfrutando cada momento de conexión con el arte y mis estudiantes.

de donde es camilo torres

En 2019, di un salto que me aterraba: inicié mi primer emprendimiento. No tenía idea de lo que estaba haciendo, pero sentía que había algo más para mí en este mundo.

Un año después, en 2020, lancé mi primer curso digital con apenas 5 estudiantes.

Recuerdo la mezcla de nervios y orgullo al ver que alguien confiaba en mí lo suficiente como para invertir en mi conocimiento.

Lo que vino después me sorprendió tanto como a cualquiera:

  • En 2022, alcancé mis primeros 1.000 estudiantes
  • Para 2023, esa cifra había crecido a 3.000
  • Y en 2024, otros emprendedores comenzaron a acercarse preguntando cómo había logrado este crecimiento
camilo torres guitarrista

Los obstáculos que enfrenté (y que quizás tú también estés enfrentando)

No todo fue un camino de rosas. Hubo días en los que quise rendirme porque:

Las personas no confiaban en mí al principio. Era doloroso sentir esa desconfianza, especialmente cuando ponía tanto corazón en lo que hacía.

No sabía qué pasos dar. Me sentía perdido entre tantas opciones y consejos contradictorios.

Probé diferentes estrategias y ninguna parecía funcionar. La frustración se acumulaba con cada intento fallido.

Y como si fuera poco, la competencia parecía tenerlo todo:

  • Ofrecían lo mismo que yo por la mitad del precio
  • Su contenido parecía de mejor calidad
  • Tenían comunidades enormes que yo no podía igualar
  • Contaban con presupuestos que yo solo podía soñar

Lo que más me dolía eran las críticas: “Estás copiando a otros” “Vendes humo”

Esas palabras se clavaban hondo, especialmente en las noches cuando repasaba mis avances y dudaba de todo.

Mi etapa de experimentación y dudas

En mi desesperación por encontrar una fórmula que funcionara, probé de todo:

  • Bajé mis precios (pensando que así atraería más clientes)
  • Luego los subí (creyendo que así me valorarían más)
  • Ofrecí contenido gratuito (esperando construir confianza)
  • Implementé mensualidades (buscando ingresos recurrentes)
  • Creé cursos largos y detallados
  • Después probé con cursos cortos y prácticos
  • Alterné entre grabaciones y sesiones en vivo

Pero nada parecía ser suficiente. Me sentía como si estuviera corriendo en círculos.

El momento que lo cambió todo

En mis momentos más oscuros, recordaba aquella frase de Steve Jobs: “Estoy convencido de que lo que separa a los emprendedores con éxito de los que fracasaron es la perseverancia”.

Decidí aferrarme a esas palabras. Durante un año completo, me comprometí a crear contenido regularmente, incluso cuando parecía que nadie estaba mirando.

Y entonces sucedió algo mágico. Empecé a notar que después de cada publicación, recibía mensajes de personas que nunca había conocido:

“¿Tienes cursos disponibles?” “¿Das clases particulares?” “¿Quién diseñó tu página web?” “¿Quién maneja tus anuncios?”

Fue como si de repente, después de tanto esfuerzo silencioso, el universo comenzara a responder.

El nacimiento de mi verdadero negocio

Viendo esa respuesta, tuve una revelación: esto es lo que debería ser mi negocio. Las personas me buscaban no solo por mi conocimiento en música, sino por cómo había construido mi presencia digital.

Decidí formalizar esta demanda en dos servicios:

  • Te muestro cómo hacerlo tú mismo
  • Lo hago por ti

Mis precios reflejaban mi trayectoria:

  • Una clase de música: USD $10-$20
  • Una hora de concierto: USD $50-$100
  • Un curso de música: USD $50-$100
  • Enseñar a vender: USD $500
  • Implementar el trabajo: USD $2.000

Al principio, pensé que estaba cobrando demasiado. Me sentía culpable por esos precios, pero la verdad es que solo estaba promediando lo que cobraba la competencia. Irónicamente, estaba jugando a ser el más barato del mercado.

La revelación de los números

Cuando comencé a analizar mis resultados, descubrí algo interesante: estaba convirtiendo solo 1 o 2 ventas por cada 100 personas que pedían información. Ya estaba viviendo 100% de mi contenido, pero sabía que podía mejorar.

Me planteé dos objetivos claros:

  1. Aumentar mi porcentaje de conversión
  2. Aumentar el número de personas que me contactaban

Fue entonces cuando las palabras de Javier Milei resonaron en mí: “Solo se puede ser exitoso sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad o mejor precio”.

En ese momento, tomé una decisión que cambiaría todo: dejaría de competir por precio y comenzaría a destacar por calidad.

La ecuación que transformó mi negocio

Entendí que la fórmula era sencilla pero poderosa:

  • Más calidad = Mayor porcentaje de conversión
  • Más clientes potenciales = Más ventas
Camilo Torres Marketing

Para aumentar mi alcance, implementé:

  • Anuncios de pago que me permitían llegar a nuevas audiencias
  • Programas de referencias que convertían a mis clientes en embajadores
  • Sistemas de afiliados que multiplicaban mi alcance
  • Colaboraciones con agencias de marketing especializadas

En resumen: Mi capacidad para generar oportunidades de contacto me dio infinitas posibilidades de mejorar, ajustar y perfeccionar mi oferta.

Quien soy hoy

Hoy me encuentro en una industria en constante crecimiento. No soy perfecto, he cometido errores y sigo aprendiendo cada día. Pero hay algo que he dominado y que quiero compartir contigo: la habilidad de conseguir clientes potenciales.

Mi propósito se ha cristalizado en dos principios fundamentales:

Emprendedores Colombianos
  • Los clientes potenciales son lo primero. Sin ellos, no hay negocio.
  • Generar muchos clientes potenciales hace que sea difícil ser pobre. Es la seguridad financiera que todos buscamos.

Lo que he aprendido en este camino

La publicidad no es un gasto, es una inversión en oportunidades.

Es el proceso mediante el cual te das a conocer, construyes confianza y atraes a quienes necesitan lo que ofreces.

Los clientes potenciales no aparecen por arte de magia. Requieren un sistema intencional para encontrarte, conocerte y confiar en ti.

Cada contenido que creas es una semilla que puede germinar en formas que nunca imaginaste.

Y lo más importante: tu capacidad para conectar con las personas no se mide por cuán perfecto eres, sino por cuán auténtico y valioso puedes ser para ellos.

Mi invitación para ti

Hoy quiero compartir esta habilidad contigo. No porque sea el mejor del mundo, sino porque he vivido el antes y el después de dominarla.

Si estás donde yo estuve hace años —luchando por hacer que tu negocio despegue, preguntándote si estás en el camino correcto, sintiendo que das más de lo que recibes— quiero que sepas que te entiendo.

Y más importante aún: quiero mostrarte cómo conseguir más clientes potenciales, porque sé que con ellos, tendrás todas las oportunidades que necesitas para brillar.

Este es mi camino, y me encantaría que fuera parte del tuyo también.

👉 Te enseño cómo hacerlo: Ver formación

👉  Lo hago por ti: Ver servicios

¡Contáctame!

¡En menos de 24 horas estaré contigo!